sábado

Reflexiones treintañales

Tarde en mi vida he llegado a comprender que también yo estoy asistido por el privilegio de encontrar manuscritos anónimos y bien conservados. El truco ha sido tan fatigado en tareas literarias que no podré evitar un poco de vergüenza al transcribirlo. Pero en este caso me salva la obligación de un cumplimiento. Y ahora copio adecuadamente los amarillentos pergaminos que el ignoto viajero olvidó en un arca que acaba de rematarse en la almoneda de Sotheby´s en Londres.
Escribió el hombre:
“Empleado en una agencia de publicidad de Buenos Aires, se me ordenó trasladarme a Montevideo para organizar una sucursal. Me fue impuesto disfrazarme de ejecutivo. Trajes, abrigo, un Stetson que aún conservo y hasta guantes de pecarí que espero todavía guarde la dama a la que finalmente acabé por regalárselos.
Mas hete aquí que divago y perdonadme. Enrabo y prosigo. Pero mis planes para trasladarme a la muy fiel y reconquistadora ciudad de Montevideo coincidieron con un ataque de malhumor del general Perón o de su señora. Y de aquel pronto malhumorado surgió la prohibición de que se viajara entre Argentina y Uruguay.
De modo que me vi obligado a iniciar mi singladura vía Asunción del Paraguay. Y al fin de mucho papeleo y muchas horas de viaje llegué al aeropuerto de Asunción, y al encuentro con mi amigo Ovando, que abandonó su coche para darme captura. Era muy larga la fila de taxis sin taxímetro que ofrecían servicio a los viajeros supuestamente argentinos que estaban aterrizando. Ovando me eligió, se me impuso; y ese fue su error o su acierto, como el paciente lector juzgará.
Para mi desconcierto, no fue nada más llegar a mi transitorio destino cuando me asaltó –tal como lo hiciera Ovando- la primera de mis sorpresas: mi casi raptor manejaba un lujoso Cadillac con envejecido letrero de “ablande”, oprimiendo los pedales con desnudos, necesariamente sucios, oscuros pies.
También sorprendióme en grado sumo lo que juzgué, erróneamente, falta de respeto en el lenguaje del impuesto mecánico: “¿Dónde vamos, che señor? “, preguntó. Parecióme que el “señor” se adecuaba a mi vestimenta y al mucho dinero del que yo era portador; pero el “che” entrañaba una familiaridad difícil de soportar. Mucho más luego supe que el che señor era allí, en el país tropical, costumbre y respeto.
En tono seco mas no agresivo respondíle que deseaba ser conducido a un hotel ni muy caro ni muy barato. Accedió en silencio y transcurrí aquella noche en cama sin chinches, bajo palio de imprescindible mosquitero.
Pero antes había combinado con el mecánico en patas que a la tarde vendría a recogerme para comprar mi pasaje aéreo.
Así que enfrenté, al día siguiente, separado por pulido mostrador, a una rubia muchacha indudablemente importada. Expuse mis deseos, así como mi pasaporte, y maniobré el rollo de billetes que se me había confiado a fin de obtener mi pasaje. A todo esto, Ovando se había acercado en demasía, casi hombro con hombro. Lo cual mucho preocupóme, porque mi chófer era un indiazo de casi un par de metros de estatura y un ancho pecho que, calculo, doblaba la extensión del mío. Continué exhibiendo ficticio desgarro en mi tarea de rellenar papeles que me imponía la rapaza blonda. Pero mucho barruntaba, es cierto, que planeando estuviera Ovando una falcatrúa de la que seríamos víctimas tanto yo como la nonata agencia montevideana.

viernes

Mandela, símbolo de la lucha contra el Apartheid

JOHANNESBURGO, Sudáfrica.- Su nombre es un símbolo de la lucha por la libertad y la igualdad racial. Y su legado plasmado en su cruzada contra el apartheid, que le costó 27 años de encarcelamiento, vivirá por siempre.

Nelson Mandela, el estadista y premio Nobel de la Paz, no es una luz que se apaga, sino una antorcha encendida que arde en el corazón de sus seguidores y de miles de personas en el mundo que enarbolan la bandera de la libertad.

“Yo no tenía una creencia específica, excepto que nuestra causa era justa, era muy fuerte y que estaba ganando cada vez más y más apoyo”, esta frase, emitida como parte de su discurso de despedida al dejar el cargo como presidente de Suráfrica en 1999, sin duda resume el ideal de un hombre que se entregó en cuerpo y alma para perseguir un ideal colectivo.

Su vida

Mandela nació el 18 de julio de 1918 en Mvezo, un poblado de 300 habitantes cerca de Umtata en el Transkei. Su lucha por los derechos de su pueblo comenzó temprano, cuando renunció a su derecho hereditario a ser jefe de una tribu xosa para convertirse en abogado. Persiguiendo ese sueño de instrucción, al culminar la secundaria se fue a estudiar al Colegio Universitario de Fort Hare donde obtuvo su título de Bachiller en Artes. Ahí fue elegido miembro del Consejo de

Representantes Estudiantiles y fue expulsado junto con un compañero, por participar en una huelga estudiantil. Se trasladó a Johannesburgo, donde en 1941 completó sus estudios de bachillerato por correspondencia en la Unisa. Luego estudió derecho en la Universidad de Witwatersrand, donde se graduó, en 1942, como abogado.

Lucha por la libertad

En 1944 ingresó en el Congreso Nacional Africano (ANC), un movimiento de lucha contra la opresión de los negros sudafricanos. En 1948 llegó al poder en Sudáfrica el Partido Nacional, que institucionalizó la segregación racial creando el régimen del apartheid. Durante esta época, Mandela y el abogado Oliver Tambo dirigen un despacho de abogados que proporciona consejo legal de bajo costo a negros.

En 1962 fue arrestado y condenado por sabotaje, además de otros cargos, a cadena perpetua. Estuvo 27 años en la cárcel, la mayoría de los cuales estuvo confinado en la prisión de Robben Island. Mandela fue el prisionero número 466/64, esto es que fue el preso número 466 en 1964 en la isla de Robben, durante 17 años en precarias condiciones.

Posteriormente pasaría otros 10 años más en otras dos prisiones diferentes, sumando una pena total de 27 años. El gobierno de Sudáfrica rechazó todas las peticiones de que fuera puesto en libertad.Durante su tiempo en prisión, se convirtió en la figura más conocida de la lucha contra el apartheid en Sudáfrica. Pese a que el régimen del apartheid y las naciones aliadas a este lo consideraron junto al Congreso Nacional Africano como un terrorista, su lucha fue íntegra.

En prisión, él y otros privados de libertad realizaban trabajos forzados en una cantera de cal. Las condiciones de reclusión eran muy rigurosas. Los prisioneros fueron segregados por raza y los negros recibían menos raciones. Los presos políticos eran separados de los delincuentes comunes y tenían menos privilegios. Mandela, como prisionero del grupo más bajo de la clasificación, solo tenía permitido recibir una visita y una carta cada seis meses.

Las cartas, si llegaban, eran a menudo retrasadas durante largos períodos y leídas por los censores de la prisión.Mientras estuvo en la cárcel Mandela estudió por correspondencia a través del programa externo de la Universidad de Londres, obteniendo el grado de Licenciado en Derecho. Fue nombrado para el cargo de rector de la Universidad de Londres en las elecciones de 1981, pero ganó la princesa Anne.

En marzo de 1982 el estadista fue transferido de la isla de Robben a la prisión de Pollsmoor, junto con otros altos dirigentes del ANC: Walter Sisulu, Andrew Mlangeni, Ahmed Kathrada y Raymond Mhlaba. Se ha especulado que se trataba de eliminar la influencia de estos líderes en la nueva generación de jóvenes activistas negros encarcelados en Robben Island.

En febrero de 1985 el presidente Botha ofreció su liberación condicional a cambio de renunciar a la lucha armada. Mandela rechazó la oferta, haciendo un comunicado a través de su hija Zindzi diciendo: “¿Qué libertad se me ofrece, mientras sigue prohibida la organización de la gente? Solo los hombres libres pueden negociar. Un preso no puede entrar en los contratos”.

En 1988 fue trasladado a la prisión Víctor Verster, permaneciendo allí hasta su liberación el 11 de febrero de 1990 durante el mandato del presidente Frederik Willem de Klerk, que sustituyó a Botha, quien había fallecido de un infarto.

martes

En el Congreso de los diputados - Dolores Ibárruri (la Pasionaria)


¡Señores Diputados!

Por una vez, y aunque ello parezca extraño y paradójico, la minoría comunista está de acuerdo con la proposición no de ley presentada por el señor Gil Robles, proposición tendente a plantear la necesidad de que termine rápidamente la perturbación que existe en nuestro país; pero si en principio coincidimos en la existencia de esta necesidad, comenzamos a discrepar en seguida, porque para buscar la verdad, para hallar las conclusiones a que necesariamente tenemos que llegar, vamos por caminos distintos, contrarios y opuestos.

El Sr. Gil Robles ha hecho un bello discurso y yo me voy a referir concretamente a él, ya que al Sr. Calvo Sotelo le ha contestado cumplidamente el Sr. Casares, poniendo al descubierto los propósitos de perturbación que traía esta tarde al Parlamento con el deseo, naturalmente, de que sus palabras tuvieran repercusiones fuera de aquí, aunque por necesidad me referiré también en algunos casos concretos a las actividades del señor Calvo Sotelo.

Decía que el Sr. Gil Robles había pronunciado un bello discurso, tan bello y tan ampuloso como los que el Sr. Gil Robles acostumbraba a pronunciar cuando en plan de jefe indiscutible --esto no se lo reprocho-- iba por aldeas y ciudades predicando la buena nueva del socialismo cristiano, la buena nueva de la justicia distributiva se tradujese en hechos de gobierno, cuando el Sr. Gil Robles participaba intensamente en él, tales como el establecimiento de los jornales católicos en el campo, de los jornales de 1,50 y de dos pesetas.

domingo

Alice Munro gana el Premio Nobel de Literatura 2013


La canadiense Alice Munro ganó el Premio Nobel de Literatura 2013 como "maestra del relato corto contemporáneo", informó la Academia Sueca.

Munro, destacó la Academia en su fallo, es aclamada por su "armonioso estilo de relatar, que se caracteriza por su claridad y realismo psicológico".

Considerada por algunos críticos como "la Chejov canadiense", la escritora, nacida en 1931 en Wingham, en la provincia de Ontario, es conocida por sus historias breves y ha publicado numerosas colecciones a lo largo de los últimos años.

Munro, que comenzó estudios universitarios de periodismo e inglés pero los abandonó al contraer su primer matrimonio, escribió sus primeras historias en la adolescencia, aunque publicó su primera obra en 1968, una colección de relatos titulada "Dance of the Happy Shades".

Sus obras suelen tener como escenario pequeñas ciudades donde la lucha por unas condiciones de vida aceptables provoca en ocasiones conflictos morales.

El Nobel de Literatura está dotado con ocho millones de coronas suecas (922.000 euros o 1,3 millones de dólares) y su anterior ganador, en 2012, fue el chino Mo Yan.

Fuente: EFE

jueves

Sous la nuit - ALEJANDRA PIZARNIK

Los ausentes soplan grismente y la noche es densa.
La noche tiene el color de los párpados del muerto.

Huyo toda la noche, encauzo la persecución y la fuga, 

canto un canto para mis males, pájaros negros sobre mortajas negras.

Grito mentalmente, me confino, me alejo de la mano crispada,  no quiero saber otra cosa que este clamor, este resolar en la noche, esta errancia, este no hallarse.

Toda la noche hago la noche.

Toda la noche me abandonas lentamente como el agua cae
lentamente. Toda la noche escribo para buscar a quien me busca.

Palabra por palabra yo escribo la noche.

De "Textos de sombra y últimos poemas" 1982

sábado

Mario Benedetti - Bandoneón

Me jode confesarlo
pero la vida es también un bandoneón
hay quien sostiene que lo toca dios
pero yo estoy seguro que es troilo
ya que dios apenas toca el arpa
y mal

fuere quien fuere lo cierto es
que nos estira en un solo ademán purísimo
y luego nos reduce de a poco a casi nada
y claro nos arranca confesiones
quejas que son clamores
vértebras de alegría
esperanzas que vuelven
como los hijos pródigos
y sobre todo como los estribillos

me jode confesarlo
porque lo cierto es que hoy en día
pocos
quieren ser tango
la natural tendencia
es a ser rumba o mambo o chachachá
o merengue o bolero o tal vez casino
en último caso valsecito o milonga
pasodoble jamás
pero cuando dios o pichuco o quien sea
toma entre sus manos la vida bandoneón
y le sugiere que llore o regocije
uno siente el tremendo decoro de ser tango
y se deja cantar y ni se acuerda
que allá espera
el estuche.


lunes

Los adioses

Pequeño gran libro que contiene una de las primeras novelas cortas -o cuento largo- del maestro uruguayo-porteño-madrileño, publicada por primera vez en 1954. Como ya es usual en esta colección llamada "Cara Cruz", la edición viene acompañada por una jugosa recopilación de ensayos, notas y entrevistas realizadas por diversos autores sobre el autor y su obra.



Sinopsis:



"Un hombre llega a una ciudad de las sierras, donde hacen su cura los tuberculosos. Pasiva pero firmemente se niega a asimilarse a esa vida de sanatorio, de alentada esperanza, que contamina toda la ciudad. Es taciturno, no acepta. Vive sólo para las dos cartas (el sobre manuscrito, el dactilografiado en la máquina de tipos gastados) que llegan regularmente y que son la vía por la que continúa comunicado con el mundo exterior. Un día llega una mujer, autora de una serie de cartas... Otro día, distinto, llega la de las cartas a máquina: es una muchacha fuerte, indestructible, viva: para ella, el hombre ha alquilado un chalet. Con la primera mujer, el hombre vive en el hotel de la «ciudad de las sierras»" (E. Rodríguez Monegal: Literatura uruguaya del medio siglo. Montevideo, 1966, p. 243).



Los adioses (1954)

martes

Mercedes Sosa

"Es un enorme error pensar que el gran cambio tiene que venir desde los partidos políticos. No, tiene que venir desde cada uno. Los seres humanos tenemos que aprender a respetarnos a nosotros mismos y después respetar a los demás. No sé quién dijo que primero tenemos que aprender a tolerar, pero que mejor que eso es aprender a respetar al otro"

lunes

Entrevista a Juan Carlos Onetti por Francisco Umbral

Un poco embarnecido por el tiempo, la cabeza de gran ofidio inteligente, la cabeza toda inteligencia, los ojos desbordados sin las gafas, la barba de dos días, el maestro querido de quince o veinte años, este Onetti en quien aprendió uno, cuando uno creía que aún servía para algo eso de aprender cosas, el secreto y la clave de la narración lírica, Juntacadáveres, El astillero, no sé, y ahora bebemos vino, que nos ha traído Verdes dos botellas.

-Hay gentes que no te quieren a vos, Umbral, yo siempre defiendo a Umbral, digo me gusta este escritor, y el mayor argumento crítico que me dan contra vos es que ganás plata, vos, que ganás mucha plata, eso es lo más profundo que me dicen.

Camino de Barajas, sol confuso de coches, allá afuera, Onetti aquí en su octavo, de camino he comprado unas flores para Dolly, unas rosas para Dolly, la florista era joven y fea, pero tenía buen culo, y el libro que Onetti no quiere, porque ya lo ha leído, y está como recién levantado, entre viejos grabados de Picasso, en una paz de hogar que suena a tiempo.

Yo me he echado a sus pies. Y juego con la perra, que ya me ama. La madurez es conseguir en unos minutos el amor de cualquier animal, pues que el poco amor del mundo anda disperso en bichos por la tierra. Juan Car los Onetti, el pelo que le va fal. tando, como a todos, los ojos como peces fuera de la pecera de las gafas, dulce embarnecimiento del maestro, la barba, el recién levantado, en su sillón de cuero, frente a la mañana, con un suéter frambuesa sobre la camisa, con calcetines cortos, muy cortos, y unas zapatillas de pana, raya atravesada.

viernes

Alfaguara conmemora los 50 años de la publicación de Rayuela

Cincuenta años después de la primera edición de Rayuela (que salió de imprenta el 28 de junio de 1963), Alfaguara publicará una edición conmemorativa limitada, con un apéndice donde Cortázar mismo cuenta la historia del libro. Este aniversario viene acompañado de otras celebraciones relacionadas con el autor. En 2014, el 26 de agosto se celebra el centenario de su nacimiento y el 12 de febrero del mismo año se cumplirán 30 años de su muerte. La aparición de Rayuela en 1963 conmocionó el panorama cultural de su tiempo y supuso una verdadera revolución en la narrativa en lengua castellana: por primera vez un escritor llevaba hasta las últimas consecuencias la voluntad de transgredir el orden tradicional de una historia y el lenguaje para contarla. Es quizás el libro donde Cortázar está entero, con toda su complejidad poética, con su imaginación y su humor. Julio Cortázar, es uno de los escritores más importantes de todos los tiempos. Realizó estudios de Letras y de Magisterio y trabajó como docente en varias ciudades del interior del país. En 1951 fijó su residencia definitiva en París, desarrollando desde allí una obra literaria única dentro de la lengua castellana. Algunos de sus cuentos figuran entre los más perfectos del género. Su novela Rayuela marcó un hito insoslayable dentro de la narrativa contemporánea. Cortázar murió en París en 1984. «Ningún otro escritor dio al juego la dignidad literaria que Cortázar, ni hizo del juego un instrumento de creación y exploración artística tan dúctil y provechoso. La obra de Cortázar abrió puertas inéditas.» Mario Vargas Llosa «Si no hay una voluntad de lenguaje en una novela en América Latina, para mí esa novela no existe. Yo creo que la hay en Cortázar, que para mí es casi un Bolívar de la literatura latinoamericana. Es un hombre que nos ha liberado, que nos ha dicho que se puede hacer todo.» Carlos Fuentes «Prosa hecha de aire, sin peso ni cuerpo pero que sopla con ímpetu y levanta en nuestras mentes bandadas de imágenes y visiones, vaso comunicante entre los ritmos callejeros de la ciudad y el soliloquio del poeta.» Octavio Paz «Cortázar es el mejor.» Roberto Bolaño «Cortázar nos ha dejado una obra tal vez inconclusa pero tan bella e indestructible como su recuerdo.» Gabriel García Márquez

FUENTE: TERRA
Capítulo 73
Entre el Yin y el Yang, ¿cuántos eones? Del sí al no, ¿cuántos quizá? Todo es escritura, es decir fábula. ¿Pero de qué nos sirve la verdad que tranquiliza al propietario honesto? Nuestra verdad posible tiene que ser invención, es decir escritura, literatura, pintura, escultura, agricultura, piscicultura, todas las turas de este mundo.
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Capítulo 73
Entre el Yin y el Yang, ¿cuántos eones? Del sí al no, ¿cuántos quizá? Todo es escritura, es decir fábula. ¿Pero de qué nos sirve la verdad que tranquiliza al propietario honesto? Nuestra verdad posible tiene que ser invención, es decir escritura, literatura, pintura, escultura, agricultura, piscicultura, todas las turas de este mundo.
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jueves

Otro obsceno pájaro nocturno

Cierta fosca medianoche mientras luchaba con el insomnio a brazo partido, pero sin fracturas, oí un repiqueteo en el cristal de mi ventana.Me declaré durmiente vencido y espié; bajo la lluvia o garúa un gran pájaro de presa interrumpía los picotazos para repetir: "Ore, ore, ore...". No demoré más de un minuto en reconocerlo y abrir del todo la ventana. Era mi amigo de la infancia, el viejo Never More, única ave inmortal, bendición o condena de la que estaba orgulloso aunque disimulara. Durante la charla que duró hasta el final de la noche, cloqueó una vez sin esconder el triunfo: "Porque, dios y todo, el cisne de Leda nunca murió de consunción. Y la alondra de Shelley nunca pasó de pretexto literario. Yo, en cambio, aun pronunciando el inglés con fuerte acento de Bowery, tuve bastante con dos palabras para revivir en la memoria y en la desdicha de los hombres mientras sigan poblando este planeta tantas veces condenado por profetas o fabricantes de armas. Sin ir más lejos..."

No lo dejé ir más lejos porque no siendo cobarde soy prudente. Levanté una mano pidiendo suspenso, dije perdón con una sonrisa y fui escondiendo todos los animales más o menos doméstícos que me acompañan en mi soledad. Regresé con mis anteojos de pesca submarina asegurados contra mordiscos oblicuos de tiburón y contra "cría cuervos que te sacarán las ejos" y continuó la forzada entrevista que, sin que se enterara mi visitante, fue grabada en su totalidad. Entonces noté que el cuervo tenía manchas verdes en un ala y amarillas en la otra. Él interpretó mi mirada y dijo:

viernes

La casa de Asterión - J.L. Borges

Sé que me acusan de soberbia, y tal vez de misantropía, y tal vez de locura. Tales acusaciones (que yo castigaré a su debido tiempo) son irrisorias. Es verdad que no salgo de mi casa, pero también es verdad que sus puertas (cuyo número es infinito están abiertas día y noche a los hombres y también a los animales. Que entre el que quiera. No hallará pompas mujeriles aquí ni el bizarro aparato de los palacios, pero sí la quietud y la soledad. Asimismo hallará una casa como no hay otra en la faz de la Tierra. (Mienten los que declaran que en Egipto hay una parecida.) Hasta mis detractores admiten que no hay un solo mueble en la casa. Otra especie ridícula es que yo, Asterión, soy un prisionero. ¿Repetiré que no hay una puerta cerrada, añadiré que no hay una cerradura? Por lo demás, algún atardecer he pisado la calle; si antes de la noche volví, lo hice por el temor que me infundieron las caras de la plebe, caras descoloridas y aplanadas, como la mano abierta. Ya se había puesto el Sol, pero el desvalido llanto de un niño y las toscas plegarias de la grey dijeron que me habían reconocido. La gente oraba, huía, se prosternaba; unos se encaramaban al estilóbato del templo de las Hachas, otros juntaban piedras. Alguno, creo, se ocultó bajo el mar. No en vano fue una reina mi madre; no puedo confundirme con el vulgo, aunque mi modestia lo quiera.
El hecho es que soy único. No me interesa lo que un hombre pueda transmitir a otros hombres; como el filósofo, pienso que nada es comunicable por el arte de la escritura. Las enojosas y triviales minucias no tienen cabida en mi espíritu, que está capacitado para lo grande; jamás he retenido la diferencia entre una letra y otra. Cierta impaciencia generosa no ha consentido que yo aprendiera a leer. A veces lo deploro, porque las noches y los días son largos.

miércoles

Alfonsina Storni

Tu dulzura
 
Camino lentamente por la senda de acacias,
me perfuman las manos sus pétalos de nieve,
mis cabellos se inquietan bajo céfiro leve
y el alma es como espuma de las aristocracias.

Genio bueno: este día conmigo te congracias,
apenas un suspiro me torna eterna y breve...
¿Voy a volar acaso, ya que el alma se mueve?
En mis pies cobran alas y danzan las tres Gracias.

Es que anoche tus manos en mis manos de fuego,
dieron tantas dulzuras a mi sangre, que luego
llenóseme la boca de mieles perfumadas,

tan frescas, que en la limpia madrugada de estío,
mucho temo volverme al caserío,
prendidas en los labios mariposas doradas.

sábado

Elsa Bornemann


 

La autora de célebres cuentos infantiles como "Un elefante ocupa mucho espacio" dejó de existir este viernes a la edad de 61 años.


La escritora de literatura infantil Elsa Isabel Bornemann falleció este viernes a la edad de 61 años.
La triste noticia apareció en el Facebook de la editorial Alfaguara en Argentina, en forma de post:
"Queridos amigos, colegas y lectores, queremos compartir con ustedes la triste partida de Elsa Bornemann. Con su muerte se va una de las escritoras de Literatura Infantil y Juvenil más importantes y queridas de Latinoamérica. Como sus editores y amigos, lamentamos profundamente esta gran pérdida. Siguen con nosotros su obra y su recuerdo, que nos acompañarán siempre".
Cualquiera que haya sido chico entre la década de 1970 y la actualidad habrá escuchado o leido algún cuento de Elsa Isabel Bornemann. Durante la dictadura en Argentina, su cuento Un elefante ocupa mucho espacio fue censurada y figuraba en la lista negra de autores prohibidos. Por ese mismo cuento le valió una mención en los premios Hans Christian Andersen, siendo la primera escritora argentina en conseguirlo.
La colección Socorro, No hagan olas, Disparatario, El libro de los chicos enamorados y La edad del pavo son algunos de los títulos imprescindibles de la bibliografía de Bornemann, y de toda la literatura infantil.


viernes

Como siempre - MARIO BENEDETTI



Aunque hoy cumplas
trescientos treinta y seis meses
la matusalénica edad no se te nota cuando
en el instante en que vencen los crueles
entrás a averiguar la alegría del mundo
y mucho menos todavía se te nota
cuando volás gaviotamente sobre las fobias
o desarbolás los nudosos rencores

buena edad para cambiar estatutos y horóscopos
para que tu manantial mane amor sin miseria
para que te enfrentes al espejo que exige
y pienses que estás linda
                                                   y estés linda

casi no vale la pena desearte júbilos y lealtades
ya que te van a rodear como ángeles o veleros

es obvio y comprensible
que las manzanas y los jazmines
y los cuidadores de autos y los ciclistas
y las hijas de los villeros
y los cachorros extraviados
y los bichitos de san antonio
y las cajas de fósforo
te consideren una de los suyos

de modo que desearte un feliz cumpleaños
podría ser tan injusto con tus felices
                                                                          cumpledías
acordate de esta ley de tu vida
si hace algún tiempo fuiste desgraciada
eso también ayuda a que hoy se afirme
tu bienaventuranza

de todos modos para vos no es novedad
que el mundo
                             y yo
                                   te queremos de veras
pero yo siempre un poquito más que el mundo. 
 


domingo

Semblanza de un genio rioplatense

Quiero aclarar desde el principio que estas páginas se escriben, misteriosamente, porque el editor y el autor estuvieron de acuerdo respecto a su tono. Yo no podría prologar esta novela de ArIt haciendo juicios literarios, sino sociológicos; tampoco podría caer en sentimentalismos fáciles sobre, por ejemplo, el gran escritor prematuramente desaparecido. No podría hacerlo por gustos e incapacidades personales; pero, sobre todo, imagino y sé la gran carcajada que le provocaria a Roberto ArIt cualquier cosa de ese tipo. Oigo su risa desfachatada, repetida en los últimos años por culpa de exégetas y neodescubridores.

Por ese motivo no releí a Roberto ArIt, auncio que esta precaución es excesiva porque lo conozco de memoria, tantos persistentes años pasados. Tampoco quise mirar lo que se publicó sobre él y tengo en mi biblioteca. Supuse más adecuado un encuentro cara a cara, sin mentir ni tolerarle trampas. Creo que es una forma indudable de la amistad, si es que Roberto Arlt tuvo jamás un amigo. Estaba en otra cosa. En consecuencia, quiero pedir perdón por fechas equivocas, por anécdotas ignoradas, tal vez ya contadas.

En aquel tiempo, allá por el 34, yo padecía en Montevideo una soltería o viudez en parte involuntaria. Había vuelto de mi primera excursión a Buenos Aires fracasado y pobre. Pero esto no importaba en exceso porque yo tenía veinticinco años, era austero y casto por pacto de amor, y sobre todo, porque estaba escribiendo una novela “genial” que bauticé Tiempo de abrazar y que nunca llegó a publicarse, tal vez por mala, acaso, simplemente, porque la perdi en alguna mudanza.

Ademas de la novela yo tenía otras cosas, propias de la edad, entre ellas un amigo, Italo Constantini, que vivía en Buenos Aires y jugaba por entonces al Stavroguin.

Bichicome

Ella tendría cinco o seis años cuando empecé a enterarme verdaderamente de su existencia. Hasta entonces era la primera hija de los Torres, una criatura tan bella que parecía hecha con manos de artista, pero no de la manera acostumbrada: Una enanita cargosa que estaba aprendiendo a hablar y oía conversaciones sin entender, ya con una mirada fija en los rostros parlantes de los mayores.

Claro, mis visitas nocturnas a los Torres con bebidas sin más límite que los rechazos de hígado o estómagos siempre o casi siempre reducidas a temas literarios, conversados casi sin discusiones con la admirable inteligencia de Rodrigo y su infalible intuición poética y algún escritor que transcurría con su pareja, se repitieron durante algunos años. Alicia tejía las horas, infatigable, con colores variados de las lanas.


Muy pronto llegó la media docena de años para la niña y se produjo y reprodujo en los principios de la madrugada un cambio de ambiente sutil y memorable. Se llamaba Beatriz, le decían Bichi, yo la llamaba -tal vez todavía- Bichicome. Mal vestido peinador de playas, resignado con la pobre, diaria cosecha.

Se produjo un cambio. Alicia interrumpía muy de vez en cuando su labor para pronunciar, cabeza inclinada, alguna frase corta y venenosa que encajaba con suavidad y destreza en la charla y que muchas veces era para mí. La sonrisa era de pura diversión; nunca acompañaba la pequeña maldad de las palabras.

viernes

"Fue revolucionario pensar que la poesía no debía tener contenido didáctico": Entrevista con M. E. Walsh


Por Alicia Origgi

Fuente: uruguay educa 

La fotografía de María Elena Walsh que ilustra este trabajo es de Sara Facio y fue extraída —con autorización de los editores— del libro:

María Elena Walsh. Retrato(s) de una artista libre, de Sara Facio.
Buenos Aires, La Azotea, 1999.
 
Esta entrevista fue realizada hace algún tiempo por Alicia Origgi en colaboración con Mónica Amaré, cuando visitaron a María Elena Walsh en su despacho de SADAIC (Sociedad Argentina de Autores y Compositores).
Usted siempre menciona que en su casa de infancia había una gran disponibilidad de libros. ¿Cuáles recuerda especialmente? ¿Leía historietas?
Recuerdo colecciones de cuentos infantiles; había una llamada Araluce de libritos encuadernados donde estaban El barón de Munchhausen y cuentos clásicos contados para chicos. Leía los cuentos españoles de editorial Calleja. Desde muy temprano me fascinaron los cuentos de Las mil y una noches. En mi casa paterna leí a Dickens en castellano y a Julio Verne. He leído historietas de una revista llamada Pif-Paf y en Billiken; también las historietas del suplemento infantil en color del diario Crítica.
Además recibía oralmente de mis padres mucho cuento en verso. La cultura familiar, en mi casa, era de mucha lectura pero no de tipo académico. No había universitarios en la familia, pero sí se tenía afición por la buena lectura.
¿Cuáles fueron sus lecturas de adolescencia?
Mi lectura principal era poesía, las rimas de Bécquer, Núñez de Arce, Juan Ramón Jiménez; he leído mucha poesía española del Siglo de Oro. También a Rubén Darío, Pablo Neruda. Leía libros y antologías mientras cursaba la carrera de Bellas Artes.
¿Cómo surge en usted, que primero se dedica a la poesía para adultos, la idea de destinar una nueva etapa de su producción a los niños?
No sé, ahí hay una reconstrucción de una herencia principalmente en inglés, reconstrucción en español de las Nursery Rhymes, que me las han contado de chica y luego leí y aprecié muchísimo de grande, principalmente eso. Y después la inspiración en la poesía popular hispanoamericana, donde hay muchos juegos, mucha sencillez, mucho disparate. Esas fueron las dos fuentes.