viernes

Alfaguara conmemora los 50 años de la publicación de Rayuela

Cincuenta años después de la primera edición de Rayuela (que salió de imprenta el 28 de junio de 1963), Alfaguara publicará una edición conmemorativa limitada, con un apéndice donde Cortázar mismo cuenta la historia del libro. Este aniversario viene acompañado de otras celebraciones relacionadas con el autor. En 2014, el 26 de agosto se celebra el centenario de su nacimiento y el 12 de febrero del mismo año se cumplirán 30 años de su muerte. La aparición de Rayuela en 1963 conmocionó el panorama cultural de su tiempo y supuso una verdadera revolución en la narrativa en lengua castellana: por primera vez un escritor llevaba hasta las últimas consecuencias la voluntad de transgredir el orden tradicional de una historia y el lenguaje para contarla. Es quizás el libro donde Cortázar está entero, con toda su complejidad poética, con su imaginación y su humor. Julio Cortázar, es uno de los escritores más importantes de todos los tiempos. Realizó estudios de Letras y de Magisterio y trabajó como docente en varias ciudades del interior del país. En 1951 fijó su residencia definitiva en París, desarrollando desde allí una obra literaria única dentro de la lengua castellana. Algunos de sus cuentos figuran entre los más perfectos del género. Su novela Rayuela marcó un hito insoslayable dentro de la narrativa contemporánea. Cortázar murió en París en 1984. «Ningún otro escritor dio al juego la dignidad literaria que Cortázar, ni hizo del juego un instrumento de creación y exploración artística tan dúctil y provechoso. La obra de Cortázar abrió puertas inéditas.» Mario Vargas Llosa «Si no hay una voluntad de lenguaje en una novela en América Latina, para mí esa novela no existe. Yo creo que la hay en Cortázar, que para mí es casi un Bolívar de la literatura latinoamericana. Es un hombre que nos ha liberado, que nos ha dicho que se puede hacer todo.» Carlos Fuentes «Prosa hecha de aire, sin peso ni cuerpo pero que sopla con ímpetu y levanta en nuestras mentes bandadas de imágenes y visiones, vaso comunicante entre los ritmos callejeros de la ciudad y el soliloquio del poeta.» Octavio Paz «Cortázar es el mejor.» Roberto Bolaño «Cortázar nos ha dejado una obra tal vez inconclusa pero tan bella e indestructible como su recuerdo.» Gabriel García Márquez

FUENTE: TERRA
Capítulo 73
Entre el Yin y el Yang, ¿cuántos eones? Del sí al no, ¿cuántos quizá? Todo es escritura, es decir fábula. ¿Pero de qué nos sirve la verdad que tranquiliza al propietario honesto? Nuestra verdad posible tiene que ser invención, es decir escritura, literatura, pintura, escultura, agricultura, piscicultura, todas las turas de este mundo.
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Capítulo 73
Entre el Yin y el Yang, ¿cuántos eones? Del sí al no, ¿cuántos quizá? Todo es escritura, es decir fábula. ¿Pero de qué nos sirve la verdad que tranquiliza al propietario honesto? Nuestra verdad posible tiene que ser invención, es decir escritura, literatura, pintura, escultura, agricultura, piscicultura, todas las turas de este mundo.
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jueves

Otro obsceno pájaro nocturno

Cierta fosca medianoche mientras luchaba con el insomnio a brazo partido, pero sin fracturas, oí un repiqueteo en el cristal de mi ventana.Me declaré durmiente vencido y espié; bajo la lluvia o garúa un gran pájaro de presa interrumpía los picotazos para repetir: "Ore, ore, ore...". No demoré más de un minuto en reconocerlo y abrir del todo la ventana. Era mi amigo de la infancia, el viejo Never More, única ave inmortal, bendición o condena de la que estaba orgulloso aunque disimulara. Durante la charla que duró hasta el final de la noche, cloqueó una vez sin esconder el triunfo: "Porque, dios y todo, el cisne de Leda nunca murió de consunción. Y la alondra de Shelley nunca pasó de pretexto literario. Yo, en cambio, aun pronunciando el inglés con fuerte acento de Bowery, tuve bastante con dos palabras para revivir en la memoria y en la desdicha de los hombres mientras sigan poblando este planeta tantas veces condenado por profetas o fabricantes de armas. Sin ir más lejos..."

No lo dejé ir más lejos porque no siendo cobarde soy prudente. Levanté una mano pidiendo suspenso, dije perdón con una sonrisa y fui escondiendo todos los animales más o menos doméstícos que me acompañan en mi soledad. Regresé con mis anteojos de pesca submarina asegurados contra mordiscos oblicuos de tiburón y contra "cría cuervos que te sacarán las ejos" y continuó la forzada entrevista que, sin que se enterara mi visitante, fue grabada en su totalidad. Entonces noté que el cuervo tenía manchas verdes en un ala y amarillas en la otra. Él interpretó mi mirada y dijo:

viernes

La casa de Asterión - J.L. Borges

Sé que me acusan de soberbia, y tal vez de misantropía, y tal vez de locura. Tales acusaciones (que yo castigaré a su debido tiempo) son irrisorias. Es verdad que no salgo de mi casa, pero también es verdad que sus puertas (cuyo número es infinito están abiertas día y noche a los hombres y también a los animales. Que entre el que quiera. No hallará pompas mujeriles aquí ni el bizarro aparato de los palacios, pero sí la quietud y la soledad. Asimismo hallará una casa como no hay otra en la faz de la Tierra. (Mienten los que declaran que en Egipto hay una parecida.) Hasta mis detractores admiten que no hay un solo mueble en la casa. Otra especie ridícula es que yo, Asterión, soy un prisionero. ¿Repetiré que no hay una puerta cerrada, añadiré que no hay una cerradura? Por lo demás, algún atardecer he pisado la calle; si antes de la noche volví, lo hice por el temor que me infundieron las caras de la plebe, caras descoloridas y aplanadas, como la mano abierta. Ya se había puesto el Sol, pero el desvalido llanto de un niño y las toscas plegarias de la grey dijeron que me habían reconocido. La gente oraba, huía, se prosternaba; unos se encaramaban al estilóbato del templo de las Hachas, otros juntaban piedras. Alguno, creo, se ocultó bajo el mar. No en vano fue una reina mi madre; no puedo confundirme con el vulgo, aunque mi modestia lo quiera.
El hecho es que soy único. No me interesa lo que un hombre pueda transmitir a otros hombres; como el filósofo, pienso que nada es comunicable por el arte de la escritura. Las enojosas y triviales minucias no tienen cabida en mi espíritu, que está capacitado para lo grande; jamás he retenido la diferencia entre una letra y otra. Cierta impaciencia generosa no ha consentido que yo aprendiera a leer. A veces lo deploro, porque las noches y los días son largos.

miércoles

Alfonsina Storni

Tu dulzura
 
Camino lentamente por la senda de acacias,
me perfuman las manos sus pétalos de nieve,
mis cabellos se inquietan bajo céfiro leve
y el alma es como espuma de las aristocracias.

Genio bueno: este día conmigo te congracias,
apenas un suspiro me torna eterna y breve...
¿Voy a volar acaso, ya que el alma se mueve?
En mis pies cobran alas y danzan las tres Gracias.

Es que anoche tus manos en mis manos de fuego,
dieron tantas dulzuras a mi sangre, que luego
llenóseme la boca de mieles perfumadas,

tan frescas, que en la limpia madrugada de estío,
mucho temo volverme al caserío,
prendidas en los labios mariposas doradas.