lunes

El derecho de soñar - Eduardo Galeano

Vaya uno a saber cómo será el mundo más allá del año 2000.

Tenemos una única certeza: si todavía estamos allí, ya seremos gente del siglo pasado y, peor todavía, seremos gente del pasado milenio.

Pero aunque no podemos adivinar el mundo que será, bien podemos imaginar el que queremos que sea. El derecho de soñar no figura entre los treinta derechos humanos que las Naciones Unidas proclamaron a fines de 1948. Pero si no fuera por él, por el derecho de soñar y por las aguas que da de beber, los demás derechos se morirían de sed.

Asi que vamos a delirar, deliremos, por un ratito. El mundo, que está patas arriba, se pondrá sobre sus pies:

En las calles, los automóviles serán pisados por los perros.

El aire estará limpio de los venenos de las máquinas, y no tendrá más contaminación que la que emana de los miedos humanos y de las humanas pasiones.