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Wislawa Szymborska, poeta de la memoria, la belleza y la condición humana

La poeta y crítica literaria Wislawa Szymborska, fallecida hoy en Cracovia y en cuya creación son temas recurrentes la memoria, la belleza y la condición humana, nació en Kornik, en la región de Poznan, el 2 de julio de 1923.
Szymborska, que a los ocho años se trasladó a Cracovia, se incorporó muy pronto al mundo literario de esta ciudad del sur de Polonia, para dedicarse por entero a la poesía.
Licenciada en Filosofía Polaca y en Sociología por la Universidad Jagelloniana de Cracovia, trabajó desde 1953 hasta 1981 como crítica en la revista "Zycie Literackie" ("Vida Literaria"), con la columna "Lectura no obligatoria", en la que comentaba libros de los más diversos temas, y también publicó en el influyente semanario "Tygodnik Powszechne" y en la sección de libros del periódico "Gazeta".
En cuanto a su propia obra, Szymborska debutó en 1945 con el libro "Busco las palabras"; en 1952 editó el poemario "Por eso vivimos" y posteriormente publicaría "Preguntas planteadas a una misma", en 1954, una obra en la que revela el carácter introspectivo de su obra.
Obras suyas son: "Llamada al Yeti" (1957), que los críticos consideran el momento clave de su poética pues a partir de entonces se aleja del realismo socialista; "Poemas escogidos" (1964), "Cien consuelos" (1967), "Poemas" (1970), "Por si acaso" (1972), "Poemas escogidos" (1973), "Tarsius y otros poemas" (1976), "Un gran número" (1977) y "Poemas escogidos II" (1983).
Posteriormente editó "La gente sobre el puente" (1986), " Poesía" (1987), recopilación de la mayor parte de su obra poética, "Velada del autor: Poemas" (1992) o "Fin y principio" (1993).
Szymborska tradujo a no pocos poetas franceses, sobre todo del período barroco. Asimismo, colaboró en la década de los ochenta, bajo el seudónimo de "Stancykowna", con la publicación polaca "Arka" y la revista parisiense del exilio "Kultura".
Sus obras representan las cumbres más altas de la poesía polaca contemporánea, junto a la de Czeslaw Milosz (que fue premio Nobel en 1980), Tadeusz Rozewicz y Zbigniew Herbert.
Se llegó a describir a Szymborska como la "Mozart de la poesía", dada su abundante inspiración y la maestría con que usaba las palabras.
Wislava Szymborska escribió una poesía reflexiva y moralizante, intimista, irónica y llena de paradojas, eligiendo siempre palabras "sencillas y claras", frecuentemente coloquiales.
De su poesía se desprende una consideración antropológica basada en la finitud humana, en la debilidad del hombre frente a la naturaleza, con el hombre en el centro de sus interrogantes, retomando de esa forma la tradición de la poesía realista polaca.
Sus obras han sido escasamente traducidas al español, en México antes que en otros países: en las revistas mexicanas "Plural", "Proceso" y "La Semana de Bellas Artes" y en varias antologías de los años setenta y ochenta.
En 2009, y tras años de silencio de la poeta, apareció en español, casi al mismo tiempo que su publicación en Polonia, el poemario "Aquí", editado por Bartleby y traducido por Gerardo Beltrán y Abel A. Murcia Soriano, director del Cervantes de Cracovia.
Dos años antes Igitur había publicado su libro "Dos puntos" y, en 2004, la misma editorial, el poemario "Instante".
Otros traductores suyos han sido Krystyna Rodowska, Jan Zych, Andrzej Sobol Jurczykowski, Karl Dedecius, Xaverio Ballester y Fernando Presa González. Su poesía cuenta en cambio con una gran cantidad de lectores en lengua alemana, inglés, francés, chino, japonés, árabe, hebreo y en las lenguas escandinavas.
Wislava Szymborska estaba en posesión del premio de Literatura de Cracovia (1954) y del Premio del Ministerio de Cultura de Polonia (1963). También ganó el premio Z. Kalenbach de la Fundación Koscielskich de Suiza, el Premio Goethe en 1991, el Premio Herder en 1995 y el del PEN Club polaco el 30 de septiembre de 1996.
El 3 de octubre de 1996 fue galardonada con el Nobel de Literatura 1996 por "la precisión irónica con la que ha iluminado fragmentos de la realidad humana en su contexto histórico e ideológico". El premio le fue entregado en Estocolmo el 10 de diciembre de 1996 por el rey Gustavo de Suecia.
Szymborska era una escritora discreta, tímida, retraída, que vivió alejada de los organismos institucionales y de los congresos de escritores de Polonia.

Fuente: ABC|01-02-2012

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Fin y principio - Wislawa Szymborska

Después de cada guerra
alguien tiene que limpiar.
No se van a ordenar solas las cosas,
digo yo.

Alguien debe echar los escombros
a la cuneta
para que puedan pasar
los carros llenos de cadáveres.

Alguien debe meterse
entre el barro, las cenizas,
los muelles de los sofás,
las astillas de cristal
y los trapos sangrientos.

Alguien tiene que arrastrar una viga
para apuntalar un muro,
alguien poner un vidrio en la ventana
y la puerta en sus goznes.

Eso de fotogénico tiene poco
y requiere años.
Todas las cámaras se han ido ya
a otra guerra.

A reconstruir puentes
y estaciones de nuevo.
Las mangas quedarán hechas jirones
de tanto arremangarse.

Alguien con la escoba en las manos
recordará todavía cómo fue.
Alguien escuchará
asintiendo con la cabeza en su sitio.
Pero a su alrededor
empezará a haber algunos
a quienes les aburra.

Todavía habrá quien a veces
encuentre entre hierbajos
argumentos mordidos por la herrumbre,
y los lleve al montón de la basura.

Aquellos que sabían
de qué iba aquí la cosa
tendrán que dejar su lugar
a los que saben poco.
Y menos que poco.
E incluso prácticamente nada.

En la hierba que cubra
causas y consecuencias
seguro que habrá alguien tumbado,
con una espiga entre los dientes,
mirando las nubes.