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Recordando a Francisco Solano López

Francisco Solano López, fue uno de los más grandes dibujantes de historietas, con El Eternauta dio imagen no solo al guión del mítico Héctor Oesterheld sino que marcará a generaciones que encuentran en cada uno de sus trazos la identidad argentina.
Por Lawrence Garfield
Recordando a Francisco Solano LópezLa madrugada del 12 de Agosto de 2011 fue testigo de la muerte de Francisco Solano López, mundialmente conocido por ser el dibujante de El Eternauta y por ser uno de los dibujantes ícono de la historia argentina.

A los 83 años, lejos ya de los días de gloria que durante la década el 60 lo unieron a Héctor Oesterheld para crear la que quizás sea la mejor obra de ciencia ficción en castellano jamás contada: El Eternauta.

Nacido en 1928, Francisco Solano López empezó a dibujar profesionalmente en el año 1953, en la Editorial Columbia para más tarde ingresar a la Editorial Abril donde formó rápidamente, debido a su talento y esfuerzo personal, una gran reputación de dibujante de historietas (comics) especialmente de aventuras. Es por entonces que conoce a Héctor Oesterheld con el que en un principio realizaría un impecable trabajo en las injustamente olvidadas Uma-Uma y Bull Rockets.

Es sin embargo en el año 1957, que en medio de la proscripción peronista Oesterheld decide fundar su propia editorial y convoca a Solano López para completar la dupla que cambiaría para siempre el mundo de las historietas nacionales. Publicadas en las revistas Hora Cero y Frontera, la dupla da vida a Rolo el Marciano Adoptivo, Amapola Negra, Joe Zonda, Rul de la Luna y finalmente al que representó la cima creativa de este equipo de autor/dibujante: El Eternauta.

Francisco Solano López diseñó para El Eternauta una Buenos Aires moderna, lejos de los clichés de malevos y tango, manteniendo la oscuridad propia del porteño efectuó un diseño de personajes basándose en los protagonistas de las calles de Buenos Aires que para ese entonces era una de las ciudades más distinguidas del mundo. Así los cascarudos son identificables rápidamente con los automóviles negros que invadían las calles de los barrios, mientras que los Gurdos son fácilmente asociables a los colectivos de finales de los 50.

Encontrando su máxima expresión estética en la soledad de una Buenos Aires nevada, que se muestra inhóspita para Juan Salvo, este hombre común deberá volverse héroe para salvar a su familia y tendrá que renunciar al tiempo para recuperarla. Rasgos marcados y una expresión contenida identifican al personaje que Solano López creó con su pluma, más allá del traje de súper héroe es su expresión lo que lo identifica con el hombre que perdió todo y está dispuesto a enfrentar a los invasores (a los ellos) para recuperar su forma de vida representada por su hija, su esposa, su casa y sus amigos.

El éxito artístico obtenido permite a Francisco Solano López empezar a trabajar con la editorial inglesa Fleetway que lo absorbe y aleja de la Argentina hasta el año 1968, cuando decide volver al país y publicar nuevamente en Columbia.

En 1976 la Editorial Record le propone crear la segunda parte de El Eternauta y junto con Ricardo Barreiro comienza la saga de Slot Barr.

Los tiempos políticos de la Argentina ya eran otros, y la desaparición de Héctor Oesterheld obligan a Solano López al exilio permanente España donde termina Slott Barr y, junto a su hijo Gabriel, la saga Ana y las Historias Tristes.

En 1994 se traslada a Rio de Janeiro donde efectúa colaboraciones con editoriales norteamericanas como Dark Horse y Fantagraphics, sin abandonar a Ricardo Barreiro, dando vida a obras como Ministerio, El Instituto, el Televisor y otras.

En 1995 Solano López retorna nuevamente a Argentina y bajo contrato con editoriales norteamericanas explorar el género erótico y en 1997 retoma un aggiornado Eternauta.

Unos de sus últimos trabajos son Los Internautas, que fueron publicados en el suplemento de informática del Diario Clarín de Buenos Aires.

Hoy murió Francisco Solano López que fue artista de la historieta nacional, su obra marcó la estética de Buenos Aires y la angustia del ser argentino que debió luchar contra una invasión cultural efectuada por un enemigo desconocido que transformó a El Eternauta en un “comic”.

Fuente: eleternauta.com